Como pasa con muchas ciudades del sur de Francia, Montpellier es un enclave que sorprende gratamente al viajero. Nosotros no sabíamos mucho acerca de sus atractivos antes de ir, pero pasear por sus calles típicamente francesas y perderse en el casco antiguo es una experiencia cargada de encanto. Desde la animada Plaza de la Comédie, hasta el espectacular acueducto, pasando por su catedral e iglesias, torres de la antigua muralla o la facultad de medicina más antigua del mundo occidental, Montpellier guarda un gran conjunto de tesoros que no hay que dejar de descubrir si se tiene la oportunidad.

Cómo llegar y desplazarse. Información útil
Desde Barcelona, se puede llegar a Montpellier directamente por autopista en poco más de 3 horas y media. La AP7 lleva hasta la frontera, en La Jonquera, y después se convierte en la A9/E15 en territorio francés. Si, en lugar de la autopista, se tiene tiempo para conocer otros lugares o se quiere ahorrar el peaje, las autovías alternativas francesas combinan buenas carreteras con el paso por algunos pueblos.
Una vez se entra a Montpellier, el tráfico es caótico y, si no se dispone de GPS (y aún así), puede resultar difícil alcanzar el destino. Hay un innumerable laberinto de túneles y carreteras de circunvalación, y el sentido único de muchas calles del centro limita la circulación, por lo que es común que para llegar a puntos muy cercanos a pie, con el coche haya que dar una vuelta de muchos kilómetros. Por otro lado, cerca del centro todo el aparcamiento en la calle es de pago (hasta las 18 y excepto domingos y festivos), si bien hay zonas con distintas tarifas y algunas no son demasiado caras. La alternativa son los parkings de pago, pero el precio es muy superior. Por todo ello, es mejor prescindir del coche, en la medida de lo posible, para recorrer la ciudad.
Los principales puntos de interés del casco antiguo se visitan perfectamente a pie (cuesta pensar en otra forma de hacerlo). Los hoteles y oficinas de información proporcionan unos mapas gratuitos muy útiles y visuales, que también se pueden encontrar en internet en http://www.montpellier-francia.es/Preparar-Reservar/Informaciones-de-la-Oficina-de-Turismo/Nuestros-folletos. De todas formas, si se quiere ir más lejos, Montpellier dispone de una moderna y muy completa red de tranvías.
Dónde dormir
Nos alojamos en el Best Western Plus Comédie Saint Roch, un hotel de tres estrellas en pleno centro de Montpellier, a dos minutos andando de la Place Comédie. Las habitaciones eran muy modernas y cuidadas, con té y café gratuito. El personal también era muy atento y simpático. El desayuno, que teníamos incluido (si no, es bastante caro), es muy completo, con algunos platos calientes, embutido y pastas recién horneadas y deliciosas.
Dónde comer
Por todo el casco antiguo, hay muchos bares y restaurantes franceses. También se pueden encontrar muchos kebabs, especialmente en la calle Maguelone, yendo a la Place de la Comédie. Tienen una carta mucho más amplia y variada que en España, siendo una opción barata y sabrosa. También hay varios McDonald's.
En el hotel, nos recomendaron no comer en los locales de la Place de la Comédie, porque decían que la comida no era tan buena como en el resto del centro. Nosotros comimos un día en la Brasserie Gusto, de precio medio y con una carta muy variada, que incluía pastas, pizzas, carnes, hamburguesas, pescado y ensaladas. Estaba todo muy bueno.
Qué ver y qué hacer
Una sencilla ruta a pie permite conocer los principales puntos de interés de la ciudad. Se le puede dedicar el tiempo que se quiera, pero en principio medio día o un día sería suficiente. Depende del ritmo al que se camine, cuánto rato se quiera emplear a visitas y museos, o simplemente a dejarse llevar paseando por las callejuelas. Las atracciones por las que pasamos en esta ruta se explican a continuación, según el orden que seguimos, aproximadamente circular en el sentido de las agujas del reloj.
- Place de la Comédie
Centro neurálgico de la ciudad, esta animada plaza ovalada constituye uno de los espacios peatonales más amplios de Europa. Data del siglo XVIII y los edificios que la rodean le otorgan una gran elegancia arquitectónica. En ella destacan la Opéra Comédie, del 1888, con una gran programación lírica y sinfónica, y la Fuente de las 3 Gracias, situada en el centro de la plaza y cuyo original se encuentra en el hall de la ópera.
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Torre de la Babote
Esta imponente y peculiar torre es uno de los últimos vestigios de la muralla medieval del siglo XIV. En el siglo XVIII se aumentó su altura para construir un piso superior, que albergó un observatorio astronómico utilizado hasta el año 1935 y sirvió también como soporte de telégrafo óptico.
- Hôtel Saint-Côme
Actualmente sede de la Cámara de Comercio e Industria de Montpellier, este edificio fue construido con los fondos de François Gigot de Lapeyronie en 1757 y sirvió como sala de conferencias del Colegio de Cirugía hasta la Revolución Francesa.
- Iglesia y Barrio de San Roque
En el barrio de San Roque, podemos encontrar fachadas de casas y comercios pintadas por los artesanos del barrio representando escenas cotidianas o ventanas y decoraciones de la propia fachada, que crean la ilusión óptica de relieve y profundidad y llegan a parecer reales. Habíamos visto estas conseguidas muestras de arte urbano en otras ciudades y pueblos de Francia, pero en este barrio hay muchas y muy elaboradas. Uno de los mejores ejemplos es el de enfrente de la iglesia, en la Plaza de San Roque.
La iglesia de San Roque, de estilo neogótico, fue construida en el siglo XIX y se halla en el corazón del barrio. Alberga las reliquias del santo, patrón de Montpellier, de donde era originario. El templo acoge a los peregrinos que emprenden el Camino de Santiago.
- Iglesia y Barrio de Santa Ana
Al norte de San Roque, este barrio alberga la desconsagrada iglesia de Santa Ana, en la plaza del mismo nombre, actual centro de exposiciones. También se encuentran en él el Conservatorio de Música y algunos talleres de lutieres.
- Mikvé
Este mikvé (baño ritual judío) medieval data del siglo XII y es uno de los más antiguos de Europa. Solo se puede entrar con las visitas guiadas contratables en la Oficina de Turismo, si no está cerrado por excavaciones.
- Palacio de Justicia
Saliendo hacia el oeste por la calle principal (Rue Foch), encontramos un seguido de monumentos. El primero, aún dentro de la muralla, es el Palacio de Justicia, un colosal conjunto de edificios neoclásicos del siglo XIX, a un lado del Arco del Triunfo.
- Arco del Triunfo
Este arco del triunfo fue construido a finales del siglo XVII en honor al rey Luis XIV. Ocupa el emplazamiento de una de las 8 puertas de la antigua muralla, y sirve todavía como puerta de entrada al casco antiguo. Al otro lado, da paso a la Plaza Real de Peyrou.
- Plaza Real de Peyrou
Este parque, alrededor de la estatua ecuestre de Luis XIV, es como una alfombra verde que lleva desde el Arco del Triunfo hasta el Château d'Eau y el acueducto.
- Château d'Eau
Al otro extremo de la Plaza Real de Peyrou y elevado sobre unas escaleras tras unos estanques, el "castillo de las aguas", construido a la vez que el acueducto, en el siglo XVIII, servía de reserva de agua a la ciudad, la cual se distribuía gratuitamente entre sus habitantes.
- Acueducto de San Clemente
Unido al Château d'Eau y extendiéndose majestuosamente sobre el Boulevard des Arceaux, este acueducto permitió el abastecimiento de agua potable a la ciudad. Esta provenía de los manantiales del pueblo de Saint-Clément, de ahí el nombre del acueducto. Fue construido en 1754 por el ingeniero Henri Pitot de Launay, quien se inspiró en el Pont du Gard.
- Catedral de San Pedro
Esta espectacular iglesia de estilo gótico fue mandada construir en 1364 por el Papa Urbano V, quien había estudiado en Montpellier, y se convirtió en catedral en 1536. Su estructura maciza, con dos torres con dos singulares ventanitas irregularmente distribuidas por encima de un ventanal mayor, está adosada a la adyacente Facultad de Medicina. Lo que más llama la atención, sin embargo, es el notable pórtico sostenido por dos columnas que parecen cohetes, y que le dan un aire de fortaleza medieval.
- Facultad de Medicina y Conservatorio de Anatomía
Esta facultad constituye la Escuela de Medicina más antigua del mundo occidental todavía en uso. Nació en 1220, a partir de un manifiesto del 1181 en que Guillermo VIII, señor de Montpellier, otorgaba el derecho a cualquiera, independientemente de sus orígenes o religión, a estudiar medicina en Montpellier. Adosada a la catedral, sus muros se retuercen formando una especie de claustro o fuerte.
Por otro lado, la facultad contiene también el Conservatorio de Anatomía, creado a finales del siglo XVIII, con más de 5600 piezas anatómicas utilizadas para un uso pedagógico. Si bien la colección tiene un gran valor científico y didáctico, quizá no es apta para almas sensibles.
- Jardín de las Plantas
Uno de los jardines más antiguos de Francia, fue creado para el estudio de plantas medicinales (por ello se encuentra junto a la Facultad de Medicina). Fue ampliado y abierto al público en el siglo XIX, y continúa siendo un lugar agradable (y gratuito) para pasear.
- Torre de los Pinos
La otra de las dos torres que quedan de la antigua muralla medieval, llamada así por dos árboles que aparecieron en lo alto de la torre. Aunque esto se puede explicar por las condiciones atmosféricas y la tierra acumulada en la plataforma, suscitó en el siglo XVIII la imaginación popular. De hecho, Nostradamus, que estudió en la Facultad de Medicina de la ciudad, profetizó que "cuando los árboles desaparecieran, la ciudad perecería", y por ello se fueron cuidando y replantando (aunque no pasó nada cuando murieron la primera vez).
A los pies de la torre hay un pequeño jardín público, la Plaza de la Torre de los Pinos. Una inscripción en occitano sobre el muro de la torre recuerda el nacimiento de Jaime I, rey de Aragón, señor de Montpellier y conde de Barcelona.
- Capilla de San Carlos
En la esquina noroeste del antiguo recinto amurallado, se encuentra esta capilla de dos pisos. Fue un hospital general para pobres e indigentes en el siglo XVII, mandado construir en 1678 por Luis XIV. Los dos pisos, rasgo muy particular en este tipo de construcciones, se correspondían a las dos plantas del hospital.
- Convento de las Ursulinas
Este gran edificio actualmente alberga el Centro Coreográfico Nacional Montpellier y el Ágora. Antiguo convento de las Ursulinas, fue construido en el siglo XVII y después fue utilizado como cárcel durante la Revolución Francesa.
- Jardín Arqueológico
Este pequeño jardín arqueológico medieval, contiene algunas ruinas de una iglesia y una puerta del siglo XIV. La verdad es que no vale mucho la pena, pues quedan cuatro piedras y no está demasiado cuidado.
- Corum y Ópera Berlioz
En la esquina noreste del centro, el Corum es el Palacio de Congresos, construido en 1988. Este descomunal edificio moderno contiene además la Ópera Berlioz, del 1990.
- Esplanada Charles de Gaulle
Gran avenida con espacios verdes, parques infantiles y monumentos conmemorativos, que se extiende en el eje norte-sur a un lado del casco histórico. En el extremo sur, vuelve a desembocar en la Plaza de la Comédie.
- Museo Fabre
A un lado de la esplanada Charles de Gaulle, es probablemente el museo más importante de la ciudad y uno de sus principales reclamos turísticos. Este prestigioso museo de bellas artes, que lleva el nombre de un pintor de la ciudad de principios del siglo XIX, recoge obras de renombrados artistas españoles, franceses, italianos, flamencos y holandeses, entre los cuales se encuentran Delacroix, Jacques-Louis David, Rubens, Bernini o Francisco de Zurbarán.